Todo parece indicar que el secretario de Gobernación ya recibió la aprobación no solo del presidente AMLO, sino que también de las deidades.
Este lunes, Adán Augusto López fue presentado, junto con las otras dos ‘corcholatas’, ante El Ojo de Dios de Palacio Nacional como uno de los fuertes aspirantes a suceder al presidente de México en turno.
Y es que el pasado 22 de agosto, el mandatario Andrés Manuel López Obrador reinauguró el Gran Salón de Sesiones del Recinto Parlamentario de Palacio Nacional, mismo que estuvo cerrado por varios años.
Dicho salón, contiene a El Ojo de Dios, una estructura construida en el centro del salón, el cual tiene, para los fieles creyentes a las tradiciones mexicanas, un fuerte significado cristiano-católico.
Durante tal acto, el mandatario mexicano estuvo acompañado de su esposa Beatriz Gutiérrez Müller, así como de Olga Sánchez Cordero y Sergio Gutiérrez Luna, presidenta del Senado y presidente de la Cámara de Diputados, respectivamente.
No obstante, lo que llamó la atención (nuevamente para los fieles creyentes), es que al evento acudieron los tres aspirantes:
- Adán Augusto López, secretario de Gobernación
- Claudia Sheinbaum, jefa de Gobierno de la Ciudad de México
- Marcelo Ebrard, secretario de Relaciones Exteriores
En ese sentido, algunos expertos en política han indicado que, lejos de celebrarse la inauguración del recinto, López Obrador los presentó ante Dios, para que uno de ellos sea aprobado.
El columnista Alberto Morales escribió en El Universal:
“La vigilancia divina los observa. Se trata de El Ojo de Dios dentro de un triángulo y con un gran resplandor dorado, símbolo de origen cristiano-católico presente en muchas iglesias; sobre sus cabezas yace el Gorro Frigio, símbolo de la libertad”.
Fue en esa especie de ritual religioso que uno de los nombres se ha robado los titulares, el de Adán Augusto López, quien para muchos, es el favorito por el presidente.
Adán Augusto, el sucesor ideal de AMLO
Concluido el evento, los tres aspirantes a la Presidencia tuvieron actitudes distintas, pues quizá les llegó un ‘mensaje divino’ que los hizo vislumbrar su fututo.
En el caso del secretario de Gobernación, estuvo sumamente sereno en su lugar, como agradeciendo una señal; por su parte, Sheinbaum buscó hacerle plática a Adán Augusto; y a Ebrard se le vio incómodo.
Terminado el evento, Sheinbaum y Ebrard tomaron rumbos diferentes, mientras que a Adán Augusto se le vio junto a López Obrador.
Alberto Morales finalizó:
“Así, ante el Gorro Frigio y el Ojo de Dios que, desde un punto de vista filosófico, según los historiadores, vigila que se hagan buenas leyes y se actúe con rectitud, también les tendió una mirada, al igual que el Presidente a quienes buscan sucederlo en 2024”.