Este año, varios empresarios rusos, principalmente del sector energético, murieron en circunstancias nada comunes. El pasado primero de septiembre, Ravil Maganov, jefe de la junta directiva de Lukoil, la petrolera más importante del país, murió, según las autoridades, tras caer de un sexto piso en un acreditado hospital de Moscú. Dijeron que no se halló nota de suicidio. En un comunicado, a pocos días de iniciadas las hostilidades en Ucrania, la dirección de Lukoil las calificó de “tragedia” y pidió su fin.