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l cierre de información de este Reporte (05 oct) aun no se cuenta con actualizaciones oficiales respecto del crecimiento del PIB esperado para este año y el próximo. Las únicas actualizaciones a la fecha son las del Banco Mundial que eleva su pronóstico de 1.7 a 1.8% en 2022 y lo reduce de 1.9 a 1.5 en 2023, y la Encuesta del Banco de México a los especialistas del sector privado, base estadística que aquí utilizamos.
El crecimiento del PIB estimado para este año es de 2.01%, ligeramente superior al pronóstico de marzo (1.76) y junio (1.77); sin embargo, la estimación para 2023 sigue en descenso y ahora es de 1.15 (Gráfico 1).
Para la balanza comercial externa (mercancías) el pronóstico para 2022 avanza a un mayor deterioro: en diciembre se esperaba un déficit de – 8 mil 018 millones de dólares, y ahora de -20 mil 289 (con menor crecimiento económico) (Gráfico 2). Así mismo, el pronóstico del déficit para 2023 sube a -18 mil 922 mdd.
Este déficit comercial se refleja directamente en la Cuenta Corriente (mercancías y servicios) cuyo déficit para este año se calculaba en diciembre de -8 mil 238 millones de dólares y ahora de -14 mil 879; de igual forma, el déficit para 2023 estimado en diciembre de -10 mil 347 mdd es ahora de -16 mil 131 millones (Gráfico 3). El recambio de importaciones por producción interna es evidente que no está funcionando.
La inflación al consumidor sigue en ascenso y la encuesta estima cerrará el año en 8.48% (Gráfico 4). Al respecto es importante que en días pasados el Secretario de Hacienda haya reconocido que la inflación en México es de oferta no de demanda, esto es, que al no producir aun los combustibles ni los alimentos básicos que consumimos, el deficiente es importado a altos precios por la inflación / especulación mundial, así que “enfriar” la demanda subiendo la tasa de interés como hace el Banco de México (la tasa de fondeo interbancario se espera de 10.20 al fin del año) para frenar (encarecer) el consumo y la inversión no sólo no sirve de nada para reducir la demanda de bienes y servicios indispensables, sino que perjudica a las personas, negocios, empresas y gobierno con créditos a tasa variable; constriñe además el crédito, la inversión y el crecimiento. En síntesis, están haciendo exactamente lo contrario de lo que deberían hacer para impulsar la oferta de todos los productores nacionales de alimentos y otros bienes y servicios de consumo generalizado, cuyos altos precios finales al consumidor, por cierto, se deben en mucho a la especulación de intermediarios y monopolios.
El tipo de cambio se mantiene estable en la encuesta con una ligera mejoría a 20.68 pesos por dólar al cierre de 2022 y a 21.23 al cierre de 2023 (Gráfico 5).
El PIB de Estados Unidos sigue a la baja en los pronósticos. En diciembre se estimaba crecería 3.94% este año y ahora 1.34. Para 2023 en diciembre se estimaba un crecimiento de 2.81 y ahora 0.83 (Gráfico 6).
La percepción del clima de negocios en los próximos 6 meses es pesimista. Sólo 11% creen que mejorará, 54 que empeorará, y 34 que seguirá igual (Gráfico 7).
El indicador de confianza del consumidor (INEGI-Banxico) tampoco es positivo: en septiembre baja a 40.8 puntos (Gráfico 8).
Tiempos son estos de incertidumbre global que podemos y debemos atajar con acciones internas de fondo y pasos firmes.
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