Fernando Camacho Servín
Periódico La Jornada
Sábado 15 de octubre de 2022, p. 8
Lejos de debilitarse, el fenómeno del porrismo en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) se ha fortalecido y no hay señales de que vaya a desaparecer pronto, ya que estos colectivos de choque siguen siendo funcionales
a los grupos políticos que los promueven y financian.
Hugo Sánchez Gudiño, profesor-investigador de las facultades de Ciencias Políticas y de Estudios Superiores Aragón, señaló que la actual efervescencia estudiantil en varios planteles y la coyuntura del cambio de rector el próximo año puede ocasionar el resurgimiento de la actividad de los porros.
En entrevista con La Jornada, el académico recordó que las bandas porriles tienen 100 años de existencia, pues fue en 1922 cuando Alfonso Pruneda, rector de la entonces Universidad Nacional de México, formó un grupo que era conocido por los estudiantes como Los Gorilas, por lo que puede decirse que este fenómeno es inherente
a la historia de la máxima casa de estudios.
Destacó que los periodos de actividad de los grupos de choque son cíclicos y se vinculan en gran medida con las coyunturas políticas tanto de la máxima casa de estudios como del país. Un ejemplo de ello, dijo, es el ataque que cometieron el 3 de septiembre de 2018 en la explanada de Rectoría, que tuvo gran eco mediático.
El balance es que estos grupos, lejos de desaparecer, se han fortalecido, porque tanto su estructura como su financiamiento se encuentran muy sólidos, nunca han sido tocados. A lo más que han llegado las autoridades es a expulsarlos, pero es una paradoja, porque muchos de los porros ni siquiera están matriculados como estudiantes
, indicó.
Luego de resaltar que en la UNAM sigue sin haber protocolos integrales
contra el porrismo, Sánchez Gudiño adelantó que estos grupos podrían intensificar su actividad para amedrentar a los colectivos de alumnos más politizados e incidir en el proceso de cambio de rector en 2023.
Hay una disputa por la Rectoría, y eso permite que haya condiciones para que grupos vinculados al porrismo reaparezcan y generen un ambiente negativo, que de por sí ya es tóxico y de miedo en diversas escuelas que han hecho paros y tienen como uno de sus reclamos principales la desaparición
de estas agrupaciones.
Dijo que hay al menos 52 colectivos porriles, cuyo financiamiento ha venido históricamente del gobierno federal, los partidos –especialmente el Revolucionario Institucional– y a veces de la Rectoría y de directores de escuelas y facultades
.
El porrismo ha sido muy útil y funcional al sistema político mexicano para violentar al estudiantado más crítico. Si hubiera cierta voluntad política de las autoridades universitarias y el gobierno en turno, el fenómeno ya habría desaparecido, pero mientras no la haya, el fenómeno seguirá ahí
, puntualizó.