Pocas son los frentes de las casas y edificios iluminados con las tonalidades que distinguen al noveno mes del año. Los perfiles de nuestros héroes no asoman a los balcones para recordarnos sus históricas hazañas. Parecen ser menos los vendedores que circulan por las calles con sus carritos rebosantes de las características artesanías septembrinas o que al estacionarse hacen de los cruceros pequeños jardines tricolores. Sí, este septiembre algunas cosas han cambiado o faltan, pero al menos persisten el fervor y la lluvia.