Más allá de la dimensión doméstica de Brasil donde, pese a su derrota, el bolsonarismo sin Bolsonaro controla el Congreso y los tres relevantes estados de Sao Paulo/Río de Janeiro/Minas Gerais –que reflejan la vulnerabilidad de Lula–, destaca la impactante dimensión global del nuevo presidente aclamado por tirios y troyanos. ¡Hasta Edward Snowden festejó su entronización!