S
í, así como se oye. Según las reglas que Morena se ha dado para encontrar a sus representantes en las luchas electorales, en la capital del país, quien lleve la bandera de ese organismo será mujer.
Como todos sabemos, para Morena es de suma importancia el equilibrio de géneros entre sus aspirantes a los diferentes puestos de poder y, por ello, independientemente de lo que la ley ordena, sus reglas pesan en la vida interna del partido.
Si se hacen bien las cuentas, para el 24 se observará, casi seguro, que Morena postule a una mujer a la jefatura de Gobierno de la ciudad, debido a los acomodos que hasta ahora podrían darse en esa elección.
En los estados donde no gobierna Morena y que estarán en juego, incluido Jalisco, no se conoce ningún nombre de quien cargará la bandera morenista, pero se presume que será un hombre, mientras en Guanajuato, casi imposible de arrancar al PAN, será mujer. En Morelos se apuesta a que irá un hombre, pero igual, aún hay muchas dudas de quién será y, en Yucatán, donde tampoco hay posibilidades de triunfo, se abanderará a una mujer.
Eso se prevé en las entidades en manos de la oposición y donde quienes hacen cuentas en Morena dicen que el triunfo será muy difícil, pero en los estados donde Morena gobierna y se piensa repetir, las cosas son de otra manera.
Hay cinco lugares y eso, de alguna manera, complica las cosas, porque los números no ofrecen paridad; es decir, tendrán que ser tres mujeres y dos hombres, o al revés, tres hombres y dos mujeres, panorama que hasta ahora parece el más seguro.
Vamos a ver: En Tabasco es casi seguro que Javier May compita por Morena, mientras en Chiapas cada vez se afianza más el director del IMSS, Zoé Robledo. Puebla, según todos los cálculos, tendrá como candidato a Ignacio Mier, aunque el gobernador, Miguel Barbosa, no lo acepta, y quiere a uno de los suyos en la competencia.
Quedan, entonces, Veracruz y la Ciudad de México. En Veracruz, nadie pone en duda, y menos en Morena, según las encuestas, la fuerza de Rocío Nahle, a quien se considera casi invencible.
Así las cosas, con el panorama actual para la Ciudad de México sería obligado tener como candidata a una mujer. La competencia ya se ha iniciado y, en algunos casos, no se toman en cuenta las reglas ya escritas.
Por eso, por ejemplo, Martí Batres hace pensar a sus seguidores que él podría ser el candidato, pero no toma en cuenta lo dicho arriba que, desde luego, está sujeto a los caprichos que imponen los juegos políticos, pero que parece ser lo más cercano a la realidad. Seguramente hay otro hombre que pretende lo mismo y que enfrentará la misma realidad.
No obstante, las campañas están desatadas. Casi todas y todos los que pretenden han dado rienda suelta a sus ambiciones y la competencia cada día es más evidente; en algunos casos ya rebasó la reunión privada y se empiezan a expresar en las calles.
Y decimos casi todas y todos, porque mientras hay quienes guardan el debido respeto por una competencia limpia, hay a quienes eso les importa muy poco y están en pie de guerra. Vamos a ver qué pasa, pero en la ciudad, toca mujer.
De Pasadita
Se trata de Alí X Babá, convocando a los 40 ladrones a defender la cueva de sus fechorías, no hallé mejor forma de explicar el nuevo intento de la derecha por descarrilar al gobierno de López Obrador.
Pero aquí si que Lorenzo Córdova debería levantar una protesta a gritos, porque la defensa de Claudio X Babá, que a final de cuentas no es más que un pretexto para continuar su campaña de ataques, parece quitarle la mascara, ¡al fin!, y lo coloca en el lugar político que debe estar: la derecha.