La batalla es permanente, porque la contraparte se niega a aceptar que llegó a su fin el paraíso fiscal del que gozaron los grandes privilegiados del régimen neoliberal, durante el cual cientos de miles de millones de pesos en impuestos les fueron condonados y todavía les “regresaban” cantidades estratosféricas. Evadir al Servicio de Administración Tributaria (SAT) “era legal”, arguyen, y cómo no, si ellos mismos hacían las leyes que los beneficiaban.