Europa Press
Periódico La Jornada
Martes 23 de agosto de 2022, p. 2
Madrid. Investigadores del Departamento de Biología Evolutiva y Organísmica de la Universidad Harvard en Estados Unidos, y sus colaboradores revelaron que la rápida evolución de los reptiles en realidad comenzaron antes del final del Pérmico en relación con el aumento constante de las temperaturas, lo que provocó cambios climáticos sucesivos durante 60 millones de años, según publicaron en Science Advances.
El estudio de las extinciones masivas inducidas por el cambio climático en el pasado geológico profundo permite explorar el impacto de las crisis ambientales en la evolución de los organismos. Esos cambios ocasionaron dos de las mayores de ellas de la historia de la vida al final del Pérmico, la primera hace 261 millones de años y la otra hace 252 millones, esta última acabó con 86 por ciento de todas las especies animales del mundo.
Las extinciones del final del Pérmico son importantes no sólo por su magnitud, sino también porque marcan el inicio de una nueva era en la historia del planeta, cuando los reptiles se convirtieron en el grupo dominante de animales vertebrados que vivían en la Tierra.
Tras la extinción del Pérmico, en el Periodo Triásico (hace 252-200 millones de años), los reptiles evolucionaron a gran velocidad, creando una explosión de diversidad de ellos. Esta expansión fue clave para la construcción de los ecosistemas modernos y de muchos de ellos extintos. La mayoría de los paleontólogos creían que estos rápidos ritmos de evolución y diversificación se debían a la extinción de competidores que permitían a los reptiles hacerse de nuevos hábitats y recursos alimenticios que varios grupos de sinápsidos habían dominado antes de su extinción.
Animales marinos
Sin embargo, en el nuevo estudio los investigadores descubrimos que esos periodos de veloz evolución de los reptiles estaban íntimamente relacionados con el aumento de las temperaturas. Algunos grupos cambiaron muy rápido y otros menos, pero casi todos evolucionaron de forma más acelerada de lo que lo habían hecho antes
, afirmó Tiago R Simões, autor principal del estudio y becario posdoctoral.
Los análisis anteriores sobre el impacto de estos cambios a menudo han dejado de lado a los vertebrados terrestres debido a la escasa disponibilidad de datos, centrándose sobre todo en la respuesta de los animales marinos.
En este estudio, Simões y la autora principal, Stephanie E. Pierce, ambos de Harvard, trabajaron junto a sus colaboradores, Michael Caldwell, de la Universidad de Alberta, Canadá, y Christian Kammerer, del Museo de Ciencias Naturales de Carolina del Norte, Estados Unidos, para examinar a los primeros amniotas, que representan a los precursores de todos los mamíferos, reptiles y aves modernos, así como a sus parientes más cercanos extinguidos, en la fase inicial de su evolución. En ese momento, los primeros grupos de reptiles y ancestros de los mamíferos se separaban unos de otros y evolucionaban por sus propios caminos.
Los reptiles representan un sistema terrestre ideal y raro para estudiar este aspecto, ya que tienen un registro fósil relativamente bueno y sobrevivieron a crisis climáticas, incluidas las que condujeron a la mayor extinción de la historia de la vida compleja, la extinción masiva del Pérmico-Triásico
, explicó Simões.
Esos animales eran relativamente escasos durante el Pérmico en comparación con los ancestros mamíferos. Sin embargo, las cosas dieron un giro importante durante el Triásico, cuando experimentaron una explosión masiva en el número de especies y la variedad morfológica. Esto condujo a la aparición de la mayoría de los principales grupos de esos animales vivos (cocodrilos, lagartos, tortugas) y de varios que ahora están totalmente extinguidos.