El cine adora poner de protagonistas a las agentes secretas. La más célebre, la bailarina Margaretha Zelle (1876-1917), Mata Hari, fusilada en Francia por obtener información para Alemania en la Primera Guerra Mundial. Sus amantes destacados: el barón de Rothschild, el compositor Giacomo Puccini y el empresario chocolatero Meunier. Los pocos secretos que obtuvo no eran como para recibir tal castigo. Pero su personaje glamuroso lo interpretaron las actrices más bellas del mundo, y se convirtió en el personaje mitológico del espionaje en el cine y las artes.