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Evocan la voz crítica de Helguera en el aniversario 54 de la represión de 1968

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▲ En la imagen, recorrido por la exposición Travesuras de Helguera. Foto María Luisa Severiano

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▲ En la imagen, asistentes a la lectura de fragmentos de La noche de Tlatelolco, en el Complejo Cultural Los Pinos.Foto María Luisa Severiano

Carlos Paul

 

Periódico La Jornada
Lunes 3 de octubre de 2022, p. 7

A lo largo de su fructífera vida profesional, el caricaturista de La Jornada Antonio Helguera (1965-2021) fue una de las voces más consistentes, agudas, ácidas, lúcidas, críticas y divertidas en el llamado periodo neoliberal en México, recordó Luis Gantus durante el recorrido que guio por la exposición Travesuras de Helguera, en la cabaña 1, del Complejo Cultural Los Pinos, en el contexto del 54 aniversario de la brutal represión al movimiento estudiantil de 1968.

Gantus destacó el singular estilo que desarrolló Helguera en su trabajo y su comprometido activismo político, al tiempo que recordó la fraternal y entrañable relación que tuvieron como colegas y amigos.

A Toño le hubiera gustado grafitear Los Pinos; es muy irónico y a la vez de mucha relevancia que haya una importante exposición de su trabajo aquí, comentó.

Como amigos Toño era muy desmadroso y alburero. Así éramos y nos llevábamos él y yo, continuó Gantus, y contó que, además de Chanoc, la mayoría de las historietas que Helguera veía de chico eran europeas.

También se refirió a Helio Flores, Naranjo y Rius como maestros de Helguera, a los dibujos que éste realizó cuando fue estudiante en la escuela de artes plásticas de La Esmeralda, a su cambio de firma cuando trabajó en el periódico El Día y luego en La Jornada, así como a su pensamiento anticlerical.

Helguera aborrecía a los curas, sobre todo por los casos de pederastia; los sacerdotes se enojaban mucho con él y alguna vez lo llegaron a amenazar con que lo iban a excomulgar, lo que le causó mucha risa, compartió Gantus.

A lo largo de la exposición Travesuras de Helguera, que se divide en los sexenios de los ex presidentes Carlos Salinas de Gortari, Ernesto Zedillo, Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto, el experto en historietas Luis Gantus recordó el origen de las revistas El Ahuizote y El Chamuco, y explicó cómo Helguera se volvió más activista y combativo, asistiendo a mítines, marchas y manifestaciones de protesta de apoyo o de solidaridad.

“A partir del sexenio de Salinas de Gortari, Helguera se volvió crítico y comprometido activista; no sólo hacia caricatura, sino que participaba en mítines.

“A partir del fraude de 1988 empezó a ser mucho más ácido y directo, a comprometerse, a ser una de las voces más consistentes, agudas, lúcidas, críticas y divertidas durante el llamado periodo neoliberal en México.

Calderón odiaba que Helguera y Hernández lo caricaturizaran. Con el sexenio de Peña Nieto, Helguera se divirtió mucho, porque, con perdón de la expresión, Peña Nieto sí era muy pendejo, y era muy difícil superar el humor involuntario, además ya estaba marcado por la corrupción, comentó.

Por fortuna Helguera alcanzó a vivir la llegada de López Obrador a la Presidencia, consideró el artista gráfico. Se puede decir que, por lo menos, le tocó ver que la izquierda llegó al poder.

Helguera, concluyó, es de una generación de caricaturistas que entiende el movimiento estudiantil de 1968 como el inicio del cambio político del país. Tenía una visión histórica global de las cosas. Buscaba que sus caricaturas no fueran sólo coyunturales, sino que se entendieran el mayor tiempo posible.

Lectura y testimonios

Otra de las actividades para conmemorar la efeméride del movimiento estudiantil de 1968 se desarrolló en el salón Venustiano Carranza del Complejo Cultural Los Pinos, donde integrantes de la Compañía Nacional de Teatro Universitario, encabezada por el maestro Pablo Parga Parga, mediante una lectura en atril, leyeron fragmentos de la segunda mitad del libro La noche de Tlatelolco, escrito por Elena Poniatowska.

Luego de un minuto de silencio y con el puño izquierdo en alto de los asistentes, dio comienzo la lectura, la cual tuvo una duración de más de cuatro horas, con intermedios para permitir algunos testimonios de viva voz, de quienes participaron en dicho movimiento estudiantil, como la señora Myrthocleia González Gallardo, quien en el momento de la represión era la maestra de ceremonias, del mitin que se llevaba a cabo en Tlatelolco.

Asimismo, se contó con el testimonio del dramaturgo Felipe Galván Rodríguez y la participación musical de Anthar López y Margarita Cruz Espinoza.

Felipe Haro Poniatowska, hijo de la reconocida escritora, en su representación y antes de comenzar la lectura, agradeció el reconocimiento a La noche de Tlatelolco.

Libros testimoniales como ése, que hablan de jóvenes maltratados y muertos, lamentablemente no se deberían escribir, como tampoco se deberían escribir en este país los nombres de periodistas ni de mujeres asesinadas.

La lectura, expresó Haro, nos hace estar vivos, hace que la memoria exista. Muchas gracias. Es un honor para Elena Poniatowska que la sigan leyendo.

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